jueves, 26 de febrero de 2015

Le Bateau Ivre

¡He visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver! He visto cosas que los humanos ni se imaginan. He visto los archipiélagos siderales y las islas donde los cielos delirantes están abiertos al viajero. Naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas. He visto rayos C brillando en la oscuridad, cerca de la Puerta de Tannhäuser. ¡Pero, de verdad, lloré demasiado! Las Albas son desoladoras. Toda luna es atroz y todo sol amargo: el acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. ¡Que mi quilla estalle! ¡Que me hunda en el mar! Es hora de morir.

martes, 24 de febrero de 2015

Aníbal

Corre el año 183 a.C. Aníbal mezcla en una copa el veneno que llevaba en su anillo de hierro. Está de huésped en la corte del rey Prusias, en Libisa, que lo ha traicionado entregándolo a sus enemigos eternos, pero Aníbal, como su padre (que prefirió saltar a un río antes que ser tomado prisionero), optará por la muerte. En esos últimos momentos en que siente el gusto amargo de la gloria marchita, quizás haya visto el atardecer rojo, los colmillos nevados de los Alpes que se incrustan en el cielo, los cuervos que vuelan en picada sobre los despojos de tantos ejércitos romanos, la cabeza de su hermano Asdrúbal siendo lanzada en su campamento por sus enemigos, los llantos de las vírgenes vestales barriendo los templos con sus cabellos, la mirada cruel de su padre frente al altar de sacrificio, Sagunto en llamas, los anillos de los senadores en el jarrón que Magón lleva como muestra de la hazaña a casa, la traición de Masinissa, la entrevista con Escipión el joven con la mezcla de odio y admiración mutua, el intento desesperado de dar batalla en Zama, las carcajadas en el senado que ocultaban las lágrimas de su corazón. Ante todo, habrá vuelto a escuchar lo que le dijo Maharbal esa tarde del 216 a.C., en ese atardecer rojo: “Aníbal, sabes como obtener la victoria, pero no sabes como aprovecharla” Cuando los legionarios entraron, Aníbal ya había dejado este mundo.

lunes, 23 de febrero de 2015

2001: Una Odisea en el Espacio

No sabría por donde comenzar, ni por donde terminar. No sé si la mitad de las cosas que veo ahora son solo mi imaginación, o de verdad ocurrieron en algún momento. Sin embargo, veo todo frustrado, empedernido, y como si se fuera a quedar así. Como si fuera el precio que se tuvo que pagar por entender lo maravilloso y calmante que puede ser la propia naturaleza. Y sin embargo a pesar, de que mi "yo" interior se quiere salir por completo de esto, hay una barrera que me lo impide. Sera el temor más que nada. El temor de ver las cosas como están, y pensar que así todo se quedara, que así todo se va a perder en el día. Quisiera pensar que no es cierto, que solo son ideas mías acerca de este viaje. Y me gustaría saber que así es, porque estoy asustado. Y dejando todo eso a un lado, quizás fue la mejor experiencia que pude haber tenido en mi vida. Es simplemente algo que no se puede entender con palabras, que se tiene que vivir con los sentidos. Pero debe uno ser cuidadoso, ya que en casos (como el mío)...